Los deberes afianzan muchos aprendizajes de clase, ayudan a estructurar el tiempo, a crear hábitos de trabajo, de orden y superación, estimulan el aprendizaje, permiten ejercer responsabilidad y refuerzan el razonamiento y la memoria.
Papel de la familia: Adecuar un lugar para el estudio.
Establecer un tiempo de trabajo y de descanso.
Supervisar la realización de los deberes, así como resolver posibles dudas.
Papel del estudiante: Aprender a trabajar de forma autónoma y hacerse responsable de sus deberes.
Reglas de oro: A cada edad su tiempo. Con 15 minutos es suficiente para que los más pequeños lean o ejerciten cálculos matemáticos. De 6 a 8 años: entre 30 y 40 min. De 8 a 10 años:60 min. A partir de esa edad: entre 60 y 90 min. En Bachillerato: entre dos y tres horas.
Establecer una hora de comienzo y otra de finalización.
No es bueno que comiencen sus deberes nada más llegar a casa. Es preferible que se despejen un poco.
Dedicar un rato al juego/descanso antes de la cena.
Hacer una pausa de entre dos y diez minutos cada hora de estudio.
No empezar por la asignatura más difícil. Pasados 30 minutos es cuando los niños alcanzan su máximo rendimiento. A la hora y media, el rendimiento disminuye.
A partir de los seis años son autónomos para empezar a hacer los deberes solos.