"NOCHES DE DUENDE"

Noches de Duende, así se llama el nuevo disco del artista andaluz “El Barrio”, como también se puede llamar noche “de duende”, de arte y de disfrute al pasado día 19 de enero que se dio en el Palacio de Deportes Vistalegre.

Ese sábado Córdoba derrochaba un aroma de una mezcla especial entre nerviosismo, provocado por tener que esperar hasta las 10 de la noche; arte, que se desbordaba por los cuatro ”costaos” y pena, porque se sabía que esa noche llegaría a su fin, pasadas las dos horas y media mejores del mundo, y habría que esperar hasta el año que viene, si Dios quiere, para poder volver a gozar con la voz y el carisma de “El artista”. El concierto fue acogido por todos los “barrieros”, entre ellos una servidora, con un gran entusiasmo y euforia.

Con respecto a la organización, hay que decir que fue espléndida y correcta, ya que no hubo ningún percance, exceptuando los desmayos propios de los nervios.

A las nueve ya estábamos dentro de Vistalegre y, mientras se acercaban las diez, los nervios, la felicidad y el calor se apoderaban de todo el cuerpo. El público aplaudía a cualquier persona que subiera al escenario, desde iluminadores, pasando por personal de seguridad hasta colocadores de sillas; pero, al fin, las luces empezaron a desvanecerse y apareció estimulando al personal allí presente con su arte y su sombrero, su característico complemento con que fue acompañado por muchos de sus seguidores y que a la entrada se echó en falta en algún que otro puesto. Durante todo el concierto no faltaron los gritos de agradecimiento por esa noche que nos estaba regalando su voz y los piropos entusiastas.

En el concierto se escucharon tanto canciones nuevas como antiguas que mejoraban o superaban el ambiente que allí se vivía junto a la lluvia de papelitos que echaban dos grandes cañones que impregnaban el lugar de más ánimo, si cabe; la gente hacía el esfuerzo para cogerlos o dejaba que simplemente cayeran sobre sus cabezas despeinadas de bailar a ritmo de buen flamenquito. Miraras para el lado que miraras veías público de todas las edades cantando, bailando y saltando sin parar, fuera la canción que fuera, hasta la última nota del último acorde de esa maravillosa guitarra española que fue todo un espectáculo. Aún cuando lo piensas, el cuerpo vibra y, si con eso no nos bastara, para más inri, la velada terminó con el “himno” oficial de todos nosotros,”Los barrieros”.

Así acabó una actuación llena de júbilo, cuyas consecuencias fueron una ronquera esperada y satisfactoria que durante los días que durara nos haría recordar aquella maravillosa noche y el cansancio agradable debido al “hartón” de bailar que nos dimos y a un no parar de tarareos de estribillos que armonizaron el resto del tiempo.

En conclusión, merece la pena pagar cualquier cantidad de dinero por una entrada para tener el honor y el orgullo de poder disfrutar de una noche de ensueño y de un artista de la talla de “El Barrio” y, sobre todo, si cenando tienes la suerte, como fue el afortunado caso de mi grupo de amigos, de encontrarte con el guitarrista y los acompañantes del cantante, que nos dedicaron estas palabras al público de Córdoba: ”Os habéis comio a los demás públicos”. Por todo ello, gracias de parte de todos los ”barrieros”, que te seguirán hasta el final de tu camino ”bueno, bonito y barato”.