EPPUR SI MUOVE

La imagen del viejo Instituto, anclado en su pesada armadura, se desvanece cuando nos introducimos en el seno de su estructura. Basta con un paseo por su interior, y una mirada, por ejemplo, a su revista digital, para comprobar que hay vida “-Eppur si muove-“ . Así lo prueban entre otros, los discursos de despedida de los alumnos de Bachillerato, cargados de una gran emotividad .

Expresiones como: "Acariciamos tus paredes con nostalgia…", "Nos dejas una huella imborrable,… el más hermoso de los recuerdos…", "Tenemos que agradecerte tantas cosas…", "En él hemos conocido nuestro primer amor de adolescentes…", "Hemos entablado amistad, sellándola a veces hasta con nuestras lágrimas…", "En él hemos descubierto la convivencia, el respeto, la tolerancia, el esfuerzo, el sacrificio…", no son sino la concreción, la idea, la imagen, que cada uno de ellos se lleva de su paso por el Séneca.

La mayoría de las veces pasa desapercibido lo que ocurre cotidianamente, vemos pero no percibimos, nos habituamos a las imágenes diarias, sin profundizar en las personas con las que convivimos y compartimos experiencias. Olvidamos que son ellas y sus circunstancias, las que conforman la idea, que aflora en nuestra mente, cuando oímos el nombre del “Séneca”.

Convencido de esta realidad, compruebo que vivencias, a veces determinantes, coexisten en nuestras aulas con el aprendizaje académico, y que la conjunción de individuos en un espacio -centro- forma la base sobre la que se desarrolla, en parte, la vida personal de cada uno y el cimiento sobre el que se alza la historia del Séneca.

Esa intrahistoria, como decía Unamuno, es la sustancia del progreso, la tradición, la cultura de este Centro; el escenario de la historia a la que sirve de sustento y apoyo, de la misma forma que el sonido vive sobre el silencio.

Asumo, pues, con responsabilidad y optimismo, la tarea de dejar constancia de aquellos hechos significativos, personas, circunstancias, curiosidades, anécdotas, etc. que de alguna manera han contribuido a la conformación actual de nuestro Instituto.

Surge así la idea de abrir en este número uno de la revista “Séneca digital” una sección (¿Sabías que...? ) que, a modo de miscelánea, dé cuenta de la inmensa riqueza cultural acumulada por nuestro Centro a lo largo de más de un siglo y medio de historia. Se inicia como un espacio abierto a la colaboración de todos, y así, juntos, tejeremos el entramado necesario para continuar el camino que día a día recorremos en este Centro.

Ojalá sirva para disfrute y deleite de todos y, tal vez, como desbroce de un terreno que pueda interesar a los historiadores.