ENTREVISTA A ANTONIO BRAVO, JEFE DE ESTUDIOS DEL I.E.S. "SÉNECA"

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¿Cuál es su actitud ante la resolución de problemas?

Intento llegar al fondo de la cuestión: de dónde surge y por qué surge. Casi siempre vemos en primer lugar la carcasa, lo que se ve por fuera, la agresión verbal o física, el insulto, etc. Después intento atajar el problema. Hasta ahora todos los problemas han tenido solución y de hecho, aunque la cuestión sea insignificante, si somos capaces de resolverlo, procuramos que no crezca. Si pasa el tiempo se puede deformar; si se corta puede dar un segundo problema o ser un detonante mayor.

Cómo se sobrellevan las dificultades y los momentos difíciles? ¿Se ve involucrada en ellos la faceta personal?

No lo sé. Antes, cuando entré en la Jefatura de Estudios, no tenía el pelo blanco. Pienso que no, pero en el fondo la profesión va por dentro. Puede ser que sí, que de alguna manera te cargas de los problemas de los demás y crees que los puedes solucionar, pero algunas veces cuesta mucho trabajo hacerlo.

¿Cómo es capaz de conseguir el respeto y cariño por parte de todos los alumnos, aun de los que plantean dificultades para la convivencia?

No sé, pero sí sé que se me hace bastante caso. No hay una cosa que yo haya mandado que me hayan dicho “Yo eso no lo hago”: el secreto está en explicarles las cosas muy claritas, en saber que siempre es para su bien, que de un castigo siempre se puede sacar una parte formativa.

Efectivamente, cuando yo llegué al centro, un poco perdida como todos, me di cuenta muy pronto de que ante cualquier problema el jefe de estudios siempre estaba cerca y me llamó la atención en un Centro tan grande. ¿Cómo consigue eso?

Yo me imagino que intentando estar a la altura de los alumnos, pero en cuanto a la confianza no puedo contestar porque no soy yo el que tiene que decirlo, porque no lo sé, si lo supiera…

¿Desfallece alguna vez? Porque lo vemos siempre con la sonrisa por los pasillos casi imperturbable. ¿Es sincera o pura imagen?

Bueno, yo no me veo. Pero está en mi forma de ser. Yo desfallezco como todos, sobre todo los días que no desayuno, que no me da tiempo, y esos son los días que peor llevo. Hay momentos en que no se viene uno abajo porque la mentalidad de atleta te dice que ante la dificultad hay que superarse. Con la ilusión de superarse día a día no desfalleces. Te hace mantenerte. La sonrisa es siempre sincera.

A nivel personal ¿qué significa para usted el deporte?

Es una de las pasiones de mi vida.

¿Por qué el deporte y no otra actividad?

Bueno, porque como le debo tanto… Por el deporte fui atleta; por el deporte soy profesor; por el deporte aprobé las oposiciones… Mi vida está vinculada al mundo del deporte.

Aparte del deporte, ¿cuáles son sus otras aficiones?

Las clásicas, por supuesto. Mi vida está entre dos tensiones, la parte deportiva y la parte del trabajo. Como la parte deportiva me absorbe tanto, no sólo por la práctica habitual sino por entrenar, mi vida en el exterior es el entrenamiento, otra de mis grandes pasiones. Para entrenar a cierto nivel hay que estar muy bien cualificado académicamente y todo el tema de la formación va a nivel de entrenamiento.

Por cierto, felicidades por el reciente premio de Onda Cero que le ha sido concedido al Centro pero evidentemente es, ante todo, suyo.

Los premios son siempre muy agradables; para empezar he felicitado al director, que es el que da el visto bueno. Yo he sido una herramienta, pero ha habido muchas personas anónimas que no se ven. Sin los apoyos pertinentes no se podría hacer nada. Nos ha sorprendido gratamente porque no es frecuente un premio de deporte a un instituto.

¿Cómo le afecta a nivel personal, dado que en su vida es tan importante el deporte?

Lo considero un reconocimiento de la ciudad a un Centro que se está moviendo de la mejor manera que cree y está transmitiendo una serie de valores a los alumnos.

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