LA MARCHA A TRASSIERRA (II)

¡Son las siete! comienza un día movidito. Hoy el instituto “Séneca” irá de senderismo a la sierra. Ya tengo la mochila preparada, he cogido lo esencial para que pese poco: almuerzo, merienda y, lo más importante, el impermeable.

Llego al instituto, lugar de quedada, y veo a la gente con sus sudaderas rojas y dispuesta a pasar un buen día.

El cielo está nublado, tenemos sueño y hace frío, pero aun así comenzamos la marcha. Por la calle la gente nos mira, algunos incluso saludan.

Se pone a llover. Por fin empezamos a ver campo. El suelo está embarrado y tenemos que mirar constantemente para no caer, pero a medida que andamos el paisaje se hace más bonito. Mientras camino, puedo hacer muchas cosas, es un momento para reflexionar, observar el paisaje, charlar con los compañeros, escuchar música, etc.

Estamos ya en el pueblo, “¡uf, qué cansada estoy!”, nos dan hora para comer y descansar. Durante todo el camino ha estado lloviendo, no es una lluvia fuerte, sino pequeñas gotitas de agua que caen en la cara; la lluvia continúa y, por tanto, decidimos refugiarnos en el centro cívico de Trassierra.

Más tarde, continuamos nuestro camino. Ya queda menos, hay muchas cuestas que subir y bajar y en ellas hay muchas piedras que ralentizan nuestra velocidad. Pronto se hace de noche, todos tenemos los pies molidos y muchas ganas de una ducha calentita. Finalmente, llegamos sobre las nueve.

En mi opinión, ha sido una experiencia inolvidable que volvería a repetir sin dudarlo. En esta excursión he descubierto nuevos paisajes para mí desconocidos, me he reído mucho con mis amigos y he aprendido cosas nuevas.

Recomiendo este tipo de salidas y espero que la siguiente sea pronto.

Enlace desde aquí con La marcha a Trassierra (I)