SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


abril de 2009

número 2
ISSN: 1988-9607
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Reportaje

PARA CRUZAR NUESTRO RÍO

Puentes sobre el Guadalquivir de Córdoba

Los puentes de Córdoba son vestigios del pasado y arquitecturas contemporáneas que explican la historia de la ciudad. Desde el Puente Romano hasta el de Miraflores, desde el puente de San Rafael hasta el de Andalucía o el del Arenal, todos ellos, más o menos antiguos, más o menos bonitos, forman parte del Patrimonio cultural e histórico de la
ciudad de Córdoba. Aunque la principal función de un puente es facilitar el paso de una orilla a otra, siempre se le ha intentado dar la máxima belleza posible.

Ángel Ortiz, Cristóbal Barbudo, Javier Martínez y Caridad Ruiz.
Alumnos 3º ESO E

En Córdoba hay numerosos puentes, aunque no todos ellos son muy conocidos. Los puentes cordobeses más transitados y conocidos, ya sea por su valor histórico, arquitectónico o, simplemente, por su utilidad, son

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el Puente Romano, el de San Rafael, el del Arenal, el de Andalucía y el de Miraflores.

Sin lugar a dudas, el que mayor valor histórico tiene es el Puente Romano, coloquialmente conocido como el “Puente Viejo”. Éste, construido a principios del sigo I d.C., sirvió como medio de entrada a la ciudad desde la zona sur de la Península Ibérica por ser el único para cruzar el río sin necesidad de ningún tipo de embarcación. Hay historiadores que deducen que la Vía Augusta pasaba por la ya mencionada construcción. El monumento ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia, de las que cabe destacar una en la época califal, una posterior en la Reconquista, otra a principios del siglo XX y, muy recientemente, otra en 2006 (y concluida el 9 de enero de 2008), esta última muy polémica debido a que la restauración ha querido devolver al puente un aspecto lo más parecido al que tuvo originalmente. El Puente Romano es el más antiguo de la ciudad.

El segundo puente más antiguo en la ciudad, el de San Rafael, fue construido durante la dictadura e inaugurado por Franco cuando Antonio Cruz Conde era alcalde de la ciudad, el 29 de abril de 1959. Este puente tiene ocho arcos de 25 metros de altura y una longitud de 217 metros. Su anchura es de 18,5 metros entre pretiles, distribuidos en 12 metros de calzada adoquinados para cuatro circulaciones y dos aceras losadas de cemento. En enero de 2004, quitaron las placas conmemorativas que tenía el puente donde podía leerse: “S.E. el Jefe del Estado y Generalísimo del Ejército, Francisco Franco Bahamonde, inauguró este puente del Guadalquivir el 29 de abril de 1953”, placas que se encontraban en cada una de las entradas del puente. El 29 de junio de 2004, el Ministerio de Fomento tasa las obras de reformas del puente en 977.579 €, acabadas en 2006.

A la entrada de la Córdoba histórica, podemos encontrarnos con el Puente del Arenal, construido entre 1992 y 1993, con una longitud total de 220 metros y una anchura de 21metros. Presenta una estructura de viga mixta continua, con un canto fuertemente variable y presenta innovaciones de gran importancia, tanto desde un punto de vista estético como estructural. Destaca que el acero estructural del puente está recubierto de cobre, para recordar las cubiertas de los edificios cordobeses.

El más polémico, sin duda, es el Puente de Miraflores, que conecta el parque del mismo nombre con el casco histórico del municipio. Según los arquitectos que lo construyeron “la estructura pretende mimetizarse con el entorno, y el gran canto de la viga ha permitido que sólo exista un apoyo, dejando espacio, a su vez, para que el parque atraviese el puente ofreciendo de esta manera una perspectiva de la ciudad”. Esta idea no la comparte la mayoría de las personas, ya que no les parece del todo adecuado para el entorno que le rodea, y más aún cuando sustituyó al proyecto del arquitecto Santiago Calatrava, un nuevo puente que rechazó el Ayuntamiento pero, en cambio, más aceptado por los ciudadanos. El coste final del puente fue de 11.921.676 €, suponiendo un incremento de un 28,3 % sobre lo previsto.

Por último, siguiendo un orden cronológico, tenemos el Puente de Andalucía, una obra contemporánea, que cruza el río
Guadalquivir uniendo el polígono industrial “La Torrecilla” con la carretera del aeropuerto. Su construcción comenzó en 2004 y fue diseñado por el ingeniero Javier Manterola (éste recibió el Premio Nacional de Ingeniería en 2001). Actualmente, están terminados todos los tramos del puente. Con él, se abre una gran puerta a la comunicación: genera un tráfico más fluido y, por tanto, reduce considerablemente el tiempo para cruzar la ciudad y para salir de ella en busca de la autovía de Sevilla.

Todos los puentes comentados se encuentran sobre el río Guadalquivir, seña de indentidad Córdoba, y el más largo de toda Andalucía. Durante diecinueve siglos sólo ha habido un puente en Córdoba que permitiese cruzar el Guadalquivir de orilla a orilla, el "Puente Viejo", y en menos de 50 años se han construido más de diez en toda la provincia de Córdoba,
cinco de ellos en la capital. Es muy necesaria la construcción de puentes, pues en los tiempos actuales, garantizan una circulación mucho más fluida y mucha mayor rapidez en las comunicaciones regionales.

Los puentes son un reflejo de la historia de nuestra ciudad y de la del río Guadalquivir. Numerosos personajes famosos a lo largo de la historia han paseado por sus orillas y lo han cruzado por los puentes, como es el caso de Federico García Lorca, de quien trata Antonio Ramos Espejo en su libro “García Lorca en Córdoba”.

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[*Baladilla de los tres ríos*]

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
 
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
 
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
 
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
 
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.
 
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
 
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.
 
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
 
¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
 
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
 
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
 
¡Ay, amor
que se fue por el aire!

F. G. LORCA


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