ANTROPOFAGIA DE NEGROS ALBINOS

La antropofagia de negros albinos: una dura realidad que se da a diario en distintos lugares del mundo. Personas de color que asesinan a otras albinas para hacerse con parte de sus cuerpos que luego se pagan a precio de oro.

Otra vez la maldita diferencia. ¿Cuándo aprenderemos que bajo la piel, las creencias o las opiniones se esconden los mismos sentimientos, miedos e ilusiones, seamos del color que seamos?

Puede que muchos de ustedes piensen que estos terribles actos solo se dan en países subdesarrollados, pero se equivocan. Es cierto que hay muchos casos en África, pero también se localizan en países supuestamente tan civilizados como Francia o Inglaterra.

Donde más se dan estos siniestros es en Tanzania. Allí la población supera los 170.000 albinos. Todos están invadidos por el miedo a ser víctimas de los macabros rituales realizados por la mafia. Todo esto ocurre porque son considerados malditos.Son perseguidos y asesinados, y después sus cuerpos son descuartizados y vendidos a un elevado precio. Algunos hechizeros fabrican con partes de sus cuerpos elixires que dicen dar la fortuna y el éxito.

Pero no solo eso, porque detrás de cada muerte hay niños que se quedan huérfanos, personas que pierden a sus familiares o seres queridos.

Un caso concreto de este tema es el de Kapalet (de 46 años), que un día salió a la calle y fue observado por unos albañiles que nada más verlo empezaron a gritar: “¡Negocio, negocio!”. Después de esto, dejó su trabajo, ya que tenía miedo a ser asesinado. A Kapalet no lo mataron, pero vive atado por las cadenas del pánico.

Les hablaba antes de las personas que sufren las muertes de sus seres queridos albinos, pero hay sucesos mucho peores como el que voy a contar. Se trata de Mariam, una niña de tan solo cinco años fue sacrificada un día por sus padres (quienes luego se bebieron su sangre) en su propio dormitorio. Y yo pregunto: ¿Tendrán realmente esa pareja corazón? Porque es muy cruel matar a una hija tuya solo por ser albina. ¿Es justo? No, no lo es, pero aún así el peligro sigue presente en el día a día de mucha gente en el mundo.

Incluso hay personas que se refugian en hospitales o se esconden en lugares inimaginables, como ha ocurrido en una escuela de ciegos en Mwanza, donde hay más de 68 chicos. Individuos que al levantarse cada día no piensan como muchos de ustedes en todo lo que tendrán que hacer a lo largo del día o en lo aburrida que se les plantea la mañana. No. Esa gente solo piensa que se despertaron por la mañana con vida. Que tienen un día más, y que podría ser el último. Y os planteo: ¿acaso no debe ser desesperante vivir una vida poblada por el miedo y la incertidumbre? ¿Esto es de verdad humano? ¿Debería ser así? No.

Sin embargo, hoy día no hay tanta gente como la que se necesitaría para acabar con este infierno. Porque no hay casi ningún valiente que se atreva a adentrarse en estos países para investigar estos casos. Y a pesar de la ayuda de aquellos que sí lo hacen, en 2008 la cifra de muertos alcanzó los 43 asesinatos.

Y todo esto, ¿por qué? Pues yo les respondo: por dinero. Cada persona que participa en estos sucesos lo hace por dinero. Desde los habitantes de las tribus a los que pagan unos 100 dólares por cada muerte, hasta esas personas que los contratan para luego descuartizar los cuerpos y vender los órganos por impresionantes cifras que llegan a los mil dólares.

Y todo esto demuestra que después de tanto tiempo del origen de nuestra especie, después de haber tenido tantas experiencias, todavía siguen existiendo personas a las que les importa más el dinero, el poder, el querer tener que sus familias, sus amigos o sus propios hijos. Gente que antepone la codicia a los sentimientos. Individuos que no saben que lo más valioso del ser humano es la propia persona. Gente que, después de todo, pagará por lo que hace, porque jamás conocerá lo que es la paz, la auténtica amistad o el verdadero amor.