SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


mayo de 2010

número 3
ISSN: 1988-9607
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EL DRAMA DE LOS NIÑOS SECUESTRADOS EN ÁFRICA

Yaiza Borrego, Daniel Cano, Miguel Ángel Cantarero, Pedro A. Fernández, Fernando Fuentes y Cristina Gómez
Alumnos de 2º D

LAS GUERRAS, UN JUEGO DE NIÑOS

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En la última década, los corresponsales más veteranos en África han comprobado la disminución dramática en la edad de muchos soldados. En algunos casos, han podido ver a niños que no superaban los 7 años de edad y que servían en ejércitos para señores de la guerra. Se calcula que en el mundo hay actualmente miles de niños soldados. Una buena parte de ellos luchan y mueren en las decenas de guerras abiertas y olvidadas de África, esas que no aparecen, siquiera, en un pequeño breve de una página escondida de los diarios occidentales.

¿Qué entendemos por niño soldado?

Los niños soldados son aquellos menores de 18 años que forman parte de un grupo armado ya sea irregular o regular, realicen la función que realicen: tanto si son soldados, como cocineros, mensajeros o espías. Son usados por terroristas o como escudos humanos.

La ONU calcula que hay 250.000 niños soldados, aunque las cifras exactas son imposibles de calcular. Se calcula que el 40% son niñas que son las que peor parte se llevan: son obligadas a disparar y ser disparadas, y además son explotadas sexualmente.

Drogados y mal alimentados

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Muchas veces estos chicos son convenientemente drogados, mal alimentados y puestos en primera línea de las escaramuzas. Los convierten en armas mortíferas para sus víctimas y para ellos mismos, en puros camicaces. Pueden comenzar como simples cocineros, espías o porteadores para los ejécitos, pero acaban siendo instrumentos de guerra baratos y de sencillo reemplazo.

Además, no cuestinan las órdenes y son fácilmente manipulables. En el caso de las niñas, su "reclutamiento" tiene grandes posibilidades de convertirlas en esclavas sexuales. Prácticamente todas serán violadas o sometidas a abusos por los mandos o por el resto de soldados. En Uganda, por ejemplo, es común que las niñas captadas por las fuerzas rebeldes sean asignadas a los soldados como "esposas".

Comercio de armas y materias primas

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El futuro de estos niños depende de la ruptura de un círculo vicioso: en África se hacen guerras para controlar las riquezas que a su vez financian los conflictos. Riquezas que se invierten básicamente en arams. Si examináramos estas armas, veríamos que los reclutadores de los niños pequeños para servir como carnaza en las guerras han encontrado un gran aliado en los últimos desarrollos de la industias armamentística internacional. Sus ingenieros han lanzado al mercado unos subfusiles de asalto baratos, tan ligeros y fáciles de manejar que hasta un niño de 1o años puede hacerlo con un mínima instrucción. Naciones Unidas ha denunciado cómo en Liberia los empesariales madereros facilitaban armas a los contendientes.

Se estima que el tráfico internacional de seres humanos está comenzando a rivalizar con el tráfico ilícito de de armas y drogas. Admás se pueden ver muchísimos casos en los que los niños y niñas son usados como producto de cambio, cuyo beneficio deriva de la venta de menores para que maten, saqeen y violen,; y en el caso de las chicas para ser esclavas sexuales.

Un caso concreto: Kitgum, Urganda

Uno de los habitantes de Kitgum, Ochan John Odokonyero, pudo contar su propia historia de este caso, una historia que él vivió en primera persona. Textualmente declaró: "Los secuestros en Kitgum eran generalizados. La noch del 15 de marzo de 2000 dormíamos en nuestra casa. Llegaron los rebeldes y nos ordenaron abrir la puerta. Nos negamos. Nos amenazaron con incendiar nuestro hogar. Así que abrimos y secuestraron a 2 de nuestros hijos, y no pudimos impedirlo".

La historia de estos niños pone de relieve el vínculo entre el trabajo infantil y el trabajo forzoso en situaciones de guerra. Y lo peor es que hay miles de personas como este hombre que, después de quedarse sin sus hijos, vivirán su vida pensando en aquel día en el que le arrebataron a sus pequeños, sin poder hacer nada para remediarlo.


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