LA PENICILINA: DESCUBRIMIENTO, METODO PARA SU PRODUCCION EN MASA Y SU INFLUENCIA EN NUESTRO PAIS.

Infecciones, bacterias y antibióticos

Una infección es el efecto de una lucha en la cual el organismo infectante trata de utilizar los recursos del huésped para multiplicarse, a costa del mismo.

Las Bacterias son microorganismos unicelulares que presentan un tamaño de algunos micrómetros de largo (entre 0,5 y 5 micras, por lo general) y diversas formas incluyendo esferas, barras y hélices. Son imprescindibles para el reciclaje de los elementos, pues muchos pasos importantes de los ciclos biogeoquímicos dependen de éstas. Como ejemplo cabe citar la fijación del nitrógeno atmosférico.

En el cuerpo humano hay aproximadamente diez veces tantas células bacterianas como células humanas, con una gran cantidad de bacterias en la piel y en el tracto digestivo. Aunque el efecto protector del sistema inmune hace que la gran mayoría de estas bacterias sea inofensiva o beneficiosa, algunas bacterias patógenas pueden causar enfermedades infecciosas, incluyendo cólera, sífilis, lepra, tifus, difteria, escarlatina, etc. Las enfermedades bacterianas mortales más comunes son las infecciones respiratorias, con una mortalidad sólo para la tuberculosis de cerca de dos millones de personas al año.

En todo el mundo se utilizan antibióticos para tratar las infecciones bacterianas. Los antibióticos son efectivos contra las bacterias ya que inhiben la formación de la pared celular o detienen otros procesos de su ciclo de vida.

Un antibiótico es toda sustancia química producida por un ser vivo o fabricada por síntesis, capaz de impedir el desarrollo de ciertos microorganismos patógenos o de causar su muerte. La penicilina es uno de los primeros antibióticos comercializados.

Descubrimiento de la penicilina

El descubrimiento de la penicilina ha sido atribuido a Alexander Fleming en 1928, quien junto con los científicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey, obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1945.

Alexander Fleming (6 de agosto de 1881-11 de marzo de 1955) fue un científico escocés famoso por descubrir la enzima antimicrobiana llamada lisozima y del antibiótico penicilina obtenido a partir del hongo Penicillium chrysogenum.

Ernst Boris Chain (Berlín, Alemania, 1906 -Dublín, Irlanda, 1979) fue un bioquímico galardonado con el Premio Nobel. En Berlín completó sus estudios hasta graduarse en Química. Posteriormente, su interés por la incipiente bioquímica lo llevó a trabajar en el Instituto de Patología de Berlín. Más tarde, se trasladó a Cambridge (Reino Unido) y se incorporó al grupo de Frederick Hopkins (Premio Nobel de Medicina, 1922) de la Escuela de Bioquímica de Cambridge. Pasados dos años, se trasaldó a Oxford para trabajar con Howard Walter Florey. Recibió el Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1945 junto a Howard W. Florey y Alexander Fleming por sus investigaciones sobre la penicilina, antibiótico que inició la quimioterapia antiinfecciosa moderna.

Howard Walter Florey (Adelaida, Australia, 24 de septiembre de 1898 -Oxford, 21 de febrero de 1968) fue un Farmacólogo australiano. Florey realizó sus estudios en la Universidad de Adelaida y se trasladó a Oxford para especializarse. Investigó la actividad biológica de diversos mohos y bacterias con stenning, y eligió el antibiótico penicilina descubierto por Alexander Fleming para sus investigaciones. Colaboró con Ernst Boris Chain para extraer la penicilina de los cultivos del hongo Penicillium notatum y purificarla mediante métodos químicos, objetivo que ambos investigadores lograron en 1940. Howard Walter Florey, compartió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1945 con Ernst B. Chain y Alexander Fleming.

Premios Nobel de Medicina en 1945

Método para producir masivamente penicilina y su fabricación en España

Fueron los científicos Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey, los que diseñaron un procedimiento para la producción industrial de la penicilina. Hecho que junto a su descubrimiento tuvo una gran repercusión en ese momento histórico y en la medicina actual.

El profesor Miguel Cordero del Campillo, autor, entre otros muchos textos, de varios dedicados a la historia química y farmacéutica de la ciudad de León inscribe el origen de la fabrica leonesa de antibióticos en "Los difíciles años de la posguerra española, coincidentes con la II Guerra Mundial y seguidos del aislamiento político de España y la filosofía política del Régimen franquista, que estimularon la producción propia facilitando el funcionamiento de las industrias ya existentes y el nacimiento de otras nuevas". En este último apartado, en el de los de nueva creación, es en el que se sitúa Antibióticos, S.A.

Entre 1.945 y 1.959, conocida la eficacia de la penicilina, cuya primera experiencia terapéutica con éxito sobre el hombre se había realizado el 11 de febrero de 1941, se produce en España una gran demanda y la necesidad de poder producirla industrialmente. En ese momento, sólo los laboratorios LETI-UQUIFA de Barcelona y el Instituto Ibys, de Madrid fabrican el antibiótico, lo que resulta insuficiente para atender la demanda y obliga a la importación lo que, además de encarecer la droga, sigue sin resolver las necesidades de abastecimiento del país.

El Gobierno español promulga un decreto el 8 de septiembre de 1948 declarando de interés nacional la fabricación de penicilina y otros antibióticos y convoca un concurso nacional para su producción. El Estado concede licencia para la fabricación, por Orden Ministerial de 28 de julio de 1.949, a la Compañía Española de Penicilina y Antibióticos (CEPA) y a la Industria Española de Antibióticos, S.A., integrada por los siguientes laboratorios: Fábrica de Productos Químicos y Farmacéuticos Abelló, S.A.; Instituto de Biología y Sueroterapia (IBYS), S.A.; Laboratorios Españoles Zeltia, S.A.; Laboratorio Experimental de Terapéutica Inmw1ológica (LETI), S.A.; Unión Química Farmacéutica (UQUIFA), S.A. e Instituto Llorente. El capital social inicial de Antibióticos, S.A. era de 40 millones de pesetas y monta la primera planta en Madrid, con el fin de envasar y empaquetar penicilina y estreptomicina importadas a granel.

Influencia de la penicilina en nuestro país

Un ingeniero de minas de La Coruña esperaba el 10 de marzo de 1944 unas 400.000 unidades de penicilina, procedentes de las tropas norteamericanas que ocupaban el norte de África. El mismo día en Madrid la niña Amparito, de nueve años, aguardaba la llegada al domicilio del barrio de Argüelles de doce ampollas de penicilina que el embajador brasileño había entregado a su padre. Ninguno de ellos sobrevivió.

La historia de la penicilina comenzaba en España sin la curación de los primeros casos graves sometidos a tratamiento. El primer éxito de resonancia de la penicilina fue la curación del doctor Carlos Jiménez Díaz, quien tras contraer una neumonía durante sus vacaciones en Santander en agosto de 1944 pudo salvar su vida gracias a los dos gramos de penicilina que consiguieron sus discípulos de estraperlo.

En la actualidad en España se consume diariamente una tonelada de antimicrobianos, según José Ángel García Rodríguez. "Esta cifra debería disminuir porque, si no se utilizan bien, podrían llegar a desaparecer".

José Ángel García Rodríguez desarrolla su labor en la Universidad de Salamanca. En el año 1970 y tras la marcha del Profesor Bravo, se incorpora como Encargado de Cátedra y en 1972 obtiene la Cátedra definitivamente, permaneciendo en ella hasta el momento actual. En 1975 se desdobla la Cátedra de Microbiología, Parasitología, Higiene y Sanidad en dos: Microbiología y Parasitología y Medicina Preventiva y Salud Pública. El Profesor García-Rodríguez opta por la primera.

Impresión Personal

Después de haber curioseado por Internet y las enciclopedias que tenemos en casa acerca de este descubrimiento, veo la gran importancia que tuvo, no sólo el descubrimiento en sí mismo, sino también el producirlo en grandes cantidades para que muchas personas, que en aquellos momentos estaban enfermas por infecciones (heridas infectadas, tuberculosis, enfermedades venéreas, etc.), tuviesen posibilidades de curarse.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que para que los descubrimientos y avances científicos sean posibles y funcionen bien es necesario el trabajo en equipo. Este progreso en la medicina fue posible al trabajo en equipo de un escocés, un alemán y un australiano y, por supuesto, una universidad que los reuniera y facilitara los medios necesarios.
Actualmente, aparte de las facultades donde se realizan este tipo de investigaciones, los laboratorios farmacéuticos invierten mucho dinero en investigación aunque su interés sea más económico que científico.