SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


mayo de 2010

número 3
ISSN: 1988-9607
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Santiago-etapa 3

Gema Rodas Cuevas y María Barral Gil
Alumnas 2º E.S.O. B Y D

Hoy el día nos recibió con un esplendido sol, permitiéndonos disfrutar de una buena jornada, cosa que no ocurrió desde la primera. Abandonamos definitivamente el primer polideportivo, y viajamos durante un rato en autobús, hasta llegar al punto donde deberíamos haber terminado la segunda etapa para comenzar la tercera. En ésta, como de costumbre, según íbamos pasando por los pueblos, la gente se asomaba a sus ventanas y nos observaba con cara sorprendida; incluso una anciana se atrevió a corregir a nuestro respetable Jefe de Estudios, enredándose en una cómica conversación en la que ninguno entendía lo que decía el otro. Trataba de una Iglesia de la que estábamos poco informados y esta mujer sí nos pudo aportar los datos que precisábamos.

Tuvimos un buen tramo llano por carretera, pero después nos aventuramos involuntariamente en un barrizal, llenándonos de barro hasta los ojos; así que, padres y madres, no os asustéis cuando veáis nuestra maleta repleta de ropa sucia.

Tras salir de este contratiempo, que hizo a todo el mundo maldecir a nuestras “autoridades”, nos dieron la feliz noticia de que podíamos parar hacer el descanso largo de dos horas. Sin embargo todavía nos esperaba una desagradable sorpresa: habichuelas frías con unos “elementos” no identificados ( los profesores querían hacernos creer que era carne), acompañados de un extraño sándwich en el que pimientos y mayonesa se mezclaban de forma singular. ¿Quien nos habría dicho que algún día desearíamos un potaje de casa?. Queridos padres, al leer esto pensaréis que nos habrán lavado el cerebro, nos habrán torturado o que tenemos fiebre; pero nada de eso. En realidad aquí estamos aprendiendo a valorar lo que tenemos y de lo que en este momento carecemos , también a apoyarnos todos mutuamente, y a convivir aceptando los pros y los contras de cada persona, y también nos estamos percatando del valor real del dinero y del esfuerzo que vosotros hacéis para darnos cuento queremos. Bueno, dejemos de ser tan sentimentales y continuemos nuestras crónicas del día.

Cuando terminamos la comida y aún nos sobraba tiempo libre, la mayoría de las personas se acercaban al único bar del pueblo para comprar y sellar la Compostela. Pero, como no, en el corto trayecto (de unos 20 metros) dio tiempo de que surgieran varios imprevistos. Una chica se acercó decidida hacia una vaca que se había situado en medio del camino sin tener en cuenta su tamaño, y cuando quiso darse cuenta estaba corriendo junto a otros chicos con el animal pegado a sus talones. También tuvimos una inesperada visita de una familia de ovejas que obligó a marcharse a un considerable grupo de alumnos que disfrutaban del sol tendidos en la hierba, es decir, en su comida. Finalizamos el descanso y recorrimos los pocos kilómetros que nos quedaban. Cuando llegamos al sitio donde estaban los autobuses vimos recompensado nuestros cansancio con unas magdalenas, aunque esta vez sin batido. Subimos al transporte y realizamos un trecho hasta un pueblo llamado Silleda. Allí nos alojamos en un nuevo polideportivo, sinceramente peor que el primero, y, mientras se terminaba de organizar todo, nos fuimos a ver un partido de fútbol femenino que se jugaba fuera. Después de las duchas, agotados, cenamos y nos fuimos a descansar de un día cargado de contratiempos.


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