MI VIDA EN EL PALEOLÍTICO

Hoy como siempre me he levantado y me he tomado un poco de sopa de huesos, además de un poco de bisonte que sobró de ayer y me he ido al lago a bañarme, ¡buf! ¡¡¡el agua estaba helada!!!

Después he ido a buscar raíces, solo he encontado dos o tres restos ¡¡y encima secas!!! No es mucho, pero al menos tengo algo que comer. Mamá me ha felicitado, pero me siento muy ridículo trayendo solo un par de raíces cuando los adultos han traído dos caballos.

Mi sueño es ser un cazador, pero todavía me queda mucho por aprender. Mi maestro es el hombre más anciano del clan, ¡¡dicen que por sus ojos han pasado más cosas de las que nadie ha visto ni verá!!!

Ayer ocurrió un fenómeno que nos dejó a todos boquiabiertos, sucedió cuando todavía estaba durmiendo. Todos afirman que un enorme haz de luz surgió del cielo, cayó sobre un tronco, el troncó se iluminó y dio calor. Según todos, mi maestro se acercó a tocarlo y ( según él) su mano se calentó mucho y le dolió. ¡Vaya que si le dolió!! que hoy aún le duele y la tiene muy roja. Por orden suya, el fuego (que así lo hemos llamado ) lo hemos guardado en una cajita llena de huesos y lo tenemos que conservar e intentar que no se apague pues...
¡¡es un regalo de la madre naturaleza!!!

Ahora mismo vamos a comer, así que me despido.