SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


febrero de 2012

número 4
ISSN: 1988-9607
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LA ESPERANZA DE FUTURO

Inmaculada Luque Jurado
Alumna de 1º de Bachillerato

En el mundo hay esperanza y debemos comenzar ya a hacer el cambio, desde nuestro interior y en nuestras familias. La juventud representa la potencialidad de la esperanza y las ganas locas de sobrevivir ante los imprevistos de la vida. Algunos de los factores que anulan nuestra esperanza son el miedo, la frustración, la pobreza, el dolor, la marginación, el engaño, la violación de los derechos humanos, la falta de credibilidad en al sociedad adulta, la imposición de valores culturales, las trabas para lograr los objetivos... Todos estos factores se multiplican en la medida en que no hay nadie que indique un nuevo camino, que ayude a salir de la desesperanza.

Los jóvenes de hoy en día estamos pasando por momentos difíciles y tenemos que aprender, juntos, a separar la verdad de las falsas promesas para poder salir adelante. Debemos implicarnos en un anhelo común para lograr un futuro mejor sin distinción de raza, color o religión.

En la actualidad, la juventud debe dejar de estar aburguesada y apalancada en botellones y fiestas, con unos padres consentidores, preocupados solo por el bien de la familia más cercana, y luchar, entre todos, por nuestros intereses (comunes) para lograr no solo un futuro inmediato, sino uno que dejarle a las próximas generaciones.

Estas últimas semanas hemos cambiado la visión que se tiene de nosotros. Nos estamos manifestando para demostrar que valemos, que nos preocupa nuestra situación, tanto actual, como futura, que no queremos ser manipulados, que queremos que se nos oiga y se nos tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones importantes para nosotros, como es, por ejemplo, la del recorte del salario, el precio de la vivienda, el medio ambiente...

La juventud supone siempre una gran esperanza, pero en todas las generaciones ha habido juventud, esta no es perenne y los jóvenes de ayer son los adultos de hoy, nuestros padres, abuelos... y los jóvenes de hoy no seremos los del mañana, pero seguramente nuestros deseos de superación serán los mismos. Aspiramos siempre a los más perfectos ideales, o por lo menos, lo intentamos.

La etapa en la cual nos ha tocado vivir la consideramos como la más difícil pero, seguramente, ha habido otras con dificultades superiores a las actuales.

Es primordial inculcar la idea de que lo que se consiga sea a través del esfuerzo personal, la capacidad de superación; que un proyecto nulo no es un proyecto negativo, es un proyecto más en toda una serie de ellos, que debe seguir intentando, es una experiencia de futuro para los que sigan a continuación.


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