SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


junio de 2015

número 5
ISSN: 1988-9607
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MI PLAYA PARTICULAR

Microrrelato que tiene en común con otros de esta seccón la expresión "Y estaba allí" o "Y estaban allí" o "Estaba allí" en algún punto del relato.

Rafael Ruiz Galbis

Alumno de 1ª de Bachillerato

MI PLAYA PARTICULAR

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Ya había amanecido, cuando mi padre y yo nos adentramos en la Ribera del Guadalmez. Aún permanecía la bruma sobre el río, pero sobre ella las encinas mostraban su esplendor con sus brotes primaverales. Y a ambos lados de la ribera multitud de flores: chupamieles, amapolas, margaritas,…

Mi padre conocía aquellos parajes desde hacía años, pero yo le acompañaba por primera vez en busca de setas y espárragos. Es una zona preciosa, sobre todo porque está muy alejada de los pueblos más cercanos del Valle de Los Pedroches. Mi abuelo Rafa fue el que le inculcó a mi padre el amor por la naturaleza. Juntos recorrieron muchas rutas de senderismo y a mí me han transmitido su pasión por el campo.

En la zona se pueden observar una gran diversidad de flora y fauna. Lo más característico, sin duda, es la dehesa de encinas, aunque se pueden contemplar otras especies, como alcornoques, hayas, robles y álamos. Entre las encinas crecen unas precios jaras de flor blanca, que impregna todo el lugar de un agradable olor. También son típicas una serie de especias entre las que destacan el tomillo, romero y poleo.

En cuanto a la fauna sobresalen los venados y los jabalíes, pero también se pueden observar en las orillas del río especies como los cormoranes, fochas, garzas y grullas.

Pero ese día iba a ser algo especial a otros. Anduvimos durante un par de horas, cogiendo espárragos y algunas setas, ajeno a la sorpresa que mi padre me tenía preparada. Antes, nos detuvimos a hacer unas fotos a unos buitres leonados, ya que en la zona habitan decenas de parejas. Después proseguimos el camino, adentrándonos en una espesa zona cubierta de altas jaras y frondosas adelfas.

Finalmente accedimos a un espacio abierto donde se unían dos ríos ( el Santa María y el Guadalmez) y ante nosotros una inmensa masa de arena fina que me recordaba a las playas gaditanas. Desde entonces esa es nuestra “particular” playa y volvemos a ese lugar cada vez que podemos. Es un sitio especial, lleno de tranquilidad y con unas vistas asombrosas, y cuando mi padre me regaló esa sorpresa YO ESTABA ALLÍ.


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