junio de 2015
número 5
Versión imprimirDIÁLOGOS AMISTOSOS DE DON QUIJOTE Y SANCHO
Nuria Guillén Rivero Candela Arribas Parejas, María García Torres
Alumnas de 3º de ESO A
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El escribano salió de la habitación, dejando a Sancho Panza solo, junto a un moribundo don Quijote. Este tenía el rostro pálido, la expresión cansada y los párpados caídos.
-Mi señor, deje de poner esa mala cara. Si sabe que se va a recuperar -intentó animar Sancho-. Ya mismo estaremos de vuelta galopando por campo abierto.
-Sancho, ambos sabemos que eso no es cierto. Mas creéme cuando te digo que no me causa ninguna pena. Ahora solo quiero descansar en paz. Lo único que todavía me inquieta es que, tú, amigo mío, pierdas la cabeza. Debes de entender que todos tenemos una hora y que, finalmente, la mía ha llegado.
-Pero, señor...
-Sancho, quiero que sepas que moriría feliz sabiendo que vas a cuidar de los míos, y, que, por lo tanto, cuidarás bien de ti mismo.
Sancho asinsió con los ojos humedecidos por las lágrimas. Alonso Quijano tosió un par de veces y, con una leve sonrisa, cerró los ojos.
Candela Arribas Parejas
| ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net |