SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


junio de 2018

Número 6
ISSN: 1988-9607
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El uso de combustibles fósiles y el agotamiento de recursos

Marta Pedrajas Morales, alumna de 2º Bachillerato

Dependiendo del combustible, las previsiones de agotamiento para cada uno de ellos son las siguientes:

Carbón. A pesar de que hace más de dos siglos que comenzó su utilización masiva, el carbón sigue siendo abundante y sus yacimientos no están concentrados geográficamente, por lo que no existe, ni se vislumbra a corto o medio plazo, problemas de suministro. Con los niveles de explotación actuales, habría carbón para más de 200 años.

Gas natural. Es el que más recientemente se comenzó a utilizar. En EEUU, su consumo se generalizó a partir de los años 50, en Europa a partir de los 70 y en España, a partir de mediados de los 90. La madurez de la tecnología de producción de energía con este tipo de combustible es muy elevada, lo que ha facilitado un incremento espectacular de su utilización. Esto ha traído aparejado un acusado descenso en las reservas conocidas, de modo que sus expectativas de agotamiento se cifran en 60-80 años.

Petróleo. Es el combustible para el que resulta más difícil estimar la duración de las reservas conocidas en la actualidad. Se viene utilizando en la era moderna de forma significativa aproximadamente desde 1850, aunque no fue hasta la llegada del motor de combustión interna en los primeros años del siglo XIX cuando comenzó a dispararse su consumo. La intensa explotación a la que ha sido sometido este recurso ha reducido sus expectativas de agotamiento hasta el margen 40-50 años, lo que le convierte en el combustible fósil más escaso.

Nos encontramos en un momento crucial, la población mundial seguirá creciendo y la actividad económica no se puede frenar, mientras el principal combustible disminuye inexorablemente cada año. Surgen múltiples interrogantes: ¿Qué haremos a medida que los combustibles fósiles vayan desapareciendo? ¿Qué sustitutos podrán utilizarse? ¿Serán sostenibles los actuales consumos energéticos?

¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Encontrar una solución global y completa al problema del agotamiento de recursos exige un cambio importante en el modo en el que la humanidad se relaciona con su entorno. Básicamente, se trata de que nuestro aprovechamiento de los recursos sea más racional, buscando en todo momento un uso más eficiente de los mismos (por ejemplo, mejor usar bombillas de bajo consumo que construir una central eléctrica más), de forma que los recursos potencialmente renovables se regeneren a un ritmo mayor o, al menos igual, que el ritmo al que se emplean.
En el ámbito doméstico, en nuestras casas, en nuestra vida cotidiana, podemos hacer muchas cosas para contribuir al uso sostenible de los recursos:
·Consumir productos agrícolas y ganaderos locales.
·No consumir pescados que no alcancen la talla mínima (pezqueñines).
·Reciclar y reutilizar el papel, los envases y el vidrio.

¿Qué pueden hacer los gobiernos y las grandes compañías?
En sus manos están las medidas de alcance global. Estas medidas se basan en el establecimiento de acuerdos internacionales en materia de medio ambiente, la elaboración de leyes de protección del medio ambiente y el incentivo de la investigación.
·Extender el uso de fuentes de energía renovables que vayan sustituyendo a los combustibles fósiles.
·Promover la implantación de procesos de fabricación que requieran menos energía y produzcan menos desechos.
·Impulsar la investigación en técnicas más eficaces de gestión, depuración y reutilización de aguas en industrias, ciudades y pueblos.
·Promulgar leyes de protección de espacios naturales, como la declaración de Reserva de la Biosfera por parte de la UINESCO para ciertos ecosistemas, o la creación de Parques Naturales y Parques Nacionales.


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