JUAN JOSÉ GARCÍA CRIADO, FISCAL DE DELITOS INFORMÁTICOS Y PADRE DE ALUMNA

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Hola, somos Lourdes, Lucía y Álvaro y hoy tenemos el honor de entrevistar a Juan José García.
Hola, buenas tardes.

¿Juanjo, le importaría responder unas cuestiones?
En absoluto, un placer.

Cuéntenos, para empezar,¿ cómo fue su infancia?
Mi infancia fue un poco atípica, en el sentido de que nací en una familia normal de aquella época, de los años 60, y conviví a caballo entre mis padres y mis abuelos. Nací en Madrid e hice una vida entre Madrid y Córdoba hasta que tuve ya que instalarme definitivamente en Córdoba para escolarizarme. Son unos recuerdos ricos en cuanto que disfruté de varias personas y varios ambientes.

¿Era usted buen estudiante?
Yo diría que normal, más que bueno, responsable, intentaba cumplir mi trabajo, que en aquella época era estudiar, tampoco era un entusiasta del estudio, me gustaba también divertirme y jugar, compaginaba los estudios con el ocio.

¿Desde pequeño quería ser fiscal?
No, qué va. Para empezar no sabía lo que era, uno empieza a estudiar y tampoco tiene definidas cuáles son sus aspiraciones o sus vocaciones. Entonces conforme pasa el tiempo me fui decantando por una línea. Lo de ser fiscal fue un poco fruto de la casualidad, yo tenía claro que quería estudiar Derecho y a partir de ahí cualquier opción era válida. Por circunstancias concretas conocí a una persona que era fiscal y que se prestó a prepararme si yo estaba dispuesto a estudiar para ello. Cuando me explicó un poco en qué consistía ese trabajo decidí no con vocación, pero sí con algún interés, dedicarme a ello.

Nosotros no sabemos muy bien en qué consiste su trabajo ¿Le importaría explicárnoslo?
Mi trabajo está muy mediatizado, ya que la figura de un fiscal no tiene mucha publicidad en nuestra sociedad o en nuestro entorno, sí es verdad que se conoce más a través de las películas, sobre todo del cine americano, y nos reímos cuando lo vemos porque nos dicen: los malos de la película, el que a toda costa acusa e intenta la condena de las personas, el que intenta que todo el mundo acabe en la cárcel… Y en realidad no es exactamente así. En España y en la mayoría de los países de nuestro entorno la figura del fiscal, dicho de una manera coloquial para que se entienda, es el que defiende la legalidad y los intereses de la sociedad, no del Estado o País, sino de la sociedad, de todas y cada unas de las personas que integran una comunidad. Por poner un ejemplo, en mi trabajo somos “malos” porque acusamos a personas y tratamos de conseguir que todo el que haya cometido un delito acabe en la cárcel, pero a la misma vez somos los representantes de los menores en todos los conflictos, también representamos a los incapaces, aquellas personas que por su situación personal no tienen la suficiente capacidad para decidir por una enfermedad, la edad o por diversas razones; luego también somos, por así decirlo, los que vigilamos que en los procedimientos judiciales se cumpla la ley. No nos mueve ningún interés, no tenemos que estar a favor ni en contra de nadie sino simplemente de una forma objetiva intentar que se cumpla la ley sin mirar a quien beneficia o a quien perjudica, simplemente, que la ley se cumpla porque es la que mantiene un cierto orden. Un último papel, que tampoco conoce la gente, es que el fiscal en nuestro sistema judicial es la persona que defiende, que representa a las víctimas, como los delincuentes tienen a su abogado que los defienden, las víctimas, normalmente, no tienen a nadie y nosotros somos los que nos encargamos de defender a la víctima que ha sufrido cualquier tipo de delito.

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