RAFAEL ESCOBAR, POETA Y PROFESOR DE LITERATURA

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P: ¿Qué le dirías a alguien que quiere ser poeta?
R: Mi consejo a los jóvenes poetas (por ejemplo, cuando he tenido alumnos con inquietudes literarias) es siempre el mismo: que lean, que dediquen mucho más tiempo a leer que escribir porque es la única garantía de que luego su poesía pueda tener algún valor, que no es preciso que quieran leer todos los libros y los poetas, que basta con que lo hagan con los mejores y con verdadera atención y volviendo a ellos más de una vez.

P: ¿Cuál es tu tema favorito a la hora de escribir?
R: Mis temas predilectos para leer y escribir son el “afecto” (no digo el “amor” porque entonces me dejaría fuera infinidad de motivos centrales como los amigos, las raíces familiares, el apego por la naturaleza o el arte) y la muerte. Creo que todos los poemas realmente meritorios siempre acaban desembocando de alguna manera, por indirecta que pudiera parecer, en uno de estos dos o tres temas fundamentales y eternos que siempre tiene la poesía

P: ¿Cuál es tu libro favorito? ¿Y tu escritor?
R: Escritores y libros favoritos… qué drama. Te voy a citar al menos tres o cuatro que estoy convencido me marcaron de manera definitiva: “Matar un ruiseñor” de Harper Lee (mi “tránsito” de la literatura infantil a la adulta), “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca, la poesía mística de San Juan de la Cruz, “El corazón es un cazador solitario” de Carson McCullers y los relatos y obras de teatro de Anton Chéjov (casi toda mi concepción de la literatura procede de este autor).

P: Como lector, ¿qué prefieres, prosa o verso?
R: Escribo poesía pero casi que leo más novela y cuentos que propiamente género lírico y no he renunciado todavía al sueño de escribir alguna obra de este género… pero me considero un pésimo narrador.

P: Recomienda un libro de poesía para adolescentes.
R: A los jóvenes como tú siempre les recomiendo Gustavo Adolfo Bécquer y Gloria Fuertes, son ideales para empezar porque su poesía es de gran calidad y además asequible, sencilla, perfecta para ir ganando confianza en uno mismo como lector e ir afrontando lecturas más adultas y exigentes. Y además, ya de mayor, se pueden seguir leyendo y disfrutando perfectamente.

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