ANTONIO, LOS MIÉRCOLES

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Corría el mes de octubre cuando unas mentes despiertas e inquietas, encerradas en unos cuerpos ya algo oxidados por el devenir de los cursos académicos, adquirieron conciencia de cómo de necesaria se hacía una buena sesión de ejercicio físico. Las infinitas sesiones de evaluación, los soporíferos claustros, las mortecinas horas dedicadas a preparar exámenes que luego serían corregidos en horas más largas aún, y el pesado caminar por los pasillos cuales autómatas programados para compartir sus conocimientos habían pasado factura con el día a día y se hacía imprescindible una labor de reciclaje inmediata. Era comienzo de curso y estábamos a tiempo todavía de encauzar los meses que aún vendrían.

Pese a que todavía éramos capaces de lidiar con el ajetreo del día a día, e intelectualmente estábamos más que aptas para seguir al pie del cañón, el físico empezaba a resentirse y tantas horas dándole al coco empezaban a hacer evidente la necesidad de un poco de ejercicio físico.

Fue en este tiempo cuando Isabel y Olga, disfrutando del solecito y del buen tiempo en la piscina, dieron con la solución a todos nuestros problemas: Don Antonio Bravo. Inmediatamente le plantearon su inquietud a este respecto y le preguntaron si podría orientarnos un poco en este trabajo que teníamos pendiente desde hacía tiempo y que no era otro que ponernos algo más en forma.

Desde el primer momento Antonio se mostró receptivo y encantado con la idea, y no sólo accedió a entrenarlas a ellas, sino que pidió que dicha iniciativa se hiciera extensible a todo el claustro. Y es así como surgió nuestro grupo de “atletillas”, como él mismo nos bautizó.

El día elegido para los entrenamientos fue el miércoles y, ya sea por selección natural o por motivos azarosos, al entrenamiento acabamos asistiendo -o simplemente haciendo un seguimiento del entrenamiento desde casa- un grupo de profesoras muy saladas y con ganas de darlo todo, como serían: Adela, Inma, Isabel, Maite, Manuela, María José, Montse, Nani, Olga, Pilar, Raquel y Rosana.

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