SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


junio de 2018

Número 6
ISSN: 1988-9607
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ANTONIO, LOS MIÉRCOLES

Llegó el primer miércoles y allá que nos plantamos en el instituto delante de nuestro nuevo entrenador. Cualquiera se puede imaginar ese plantel de cuerpos serranos, algunos de los cuales se habían retirado del deporte hacía años y otros sólo lo habían visto en las noticias, pero muy dispuestos a ponerse en marcha cuanto antes. Lejos de actuar como cabría esperar y salir corriendo cual alma que lleva el diablo, Antonio nos recibió de muy buena gana y vio en nosotras un gran potencial. Desde el primer momento nos motivó, animó, ayudó y trató con el mayor respeto y cariño posibles, y la verdad es que conseguía en nosotras un pequeño pero evidente progreso que se iría haciendo más patente con cada sesión, y que incluso nosotras mismas podíamos apreciar.

Comenzamos estas sesiones en las instalaciones del centro, haciendo uso del material del gimnasio. Estuvimos varias semanas alternando distintos juegos de pelota con el darle vueltas al campo de fútbol, jugar a pillar, o hacer ejercicios en las colchonetas. En algún momento el míster, como nos gusta llamarlo a las que somos atletillas de élite, decidió que estábamos preparadas para dar el gran salto: ¡y salimos al mundo exterior! Comenzamos a integrar en nuestras sesiones un ratito corriendo, ya fuera por el parque, por las instalaciones de ETEA con sus infinitos tramos de escaleras, o por la ribera del río dirección lo mismo el puente de Andalucía que el puente del Arenal. Por supuesto, Antonio nos ha acompañado siempre en estas excursiones, bien sea corriendo o en bicicleta, y ya hiciera sol o lloviera.

Poco a poco comenzamos a pasar más tiempo fuera que dentro y, para cuando quisimos darnos cuenta, formábamos ya parte activa del parque de Cruz Conde. Y ahí es donde más hemos disfrutado y progresado. Hemos llegado a completar un par de vueltas seguidas al circuito -4 kilómetros para quien no lo sepa-, y lo hemos aderezado con los distintos ejercicios para fortalecer piernas con los que nos ha conseguido poner en forma para afrontar la sesión de la semana siguiente.
Todos estos momentos compartidos han destacado siempre por el buen talante de Antonio y su facilidad para conseguir motivarnos y hacernos querer seguir en la brecha. Nos gustaba a nosotras preguntarle, por ejemplo, por la Programación, y si los ejercicios que estábamos haciendo estaban allí contemplados. Por contra, él bromeaba siempre que una de nosotras trataba de escaquearse de algún ejercicio o charlaba más de la cuenta, pidiendo a Mª José, la secretaria en funciones, que tomara nota del asunto.

Hemos esperado con ilusión la llegada de cada nuevo miércoles y, con él, de una nueva sesión de entrenamiento. Nos ha fastidiado por partida doble el hecho de que hubiera un claustro o las detestables sesiones de evaluación ya que, si de por sí son poco atractivas estas tardes, encima nos machacaba el entrenamiento de esa semana.

Ha sido todo un honor contar con la inestimable y más que desinteresada implicación de Antonio. Destacamos también el hecho de habernos hecho nuestro propio huequecito en el parque, ya que ir con Antonio Bravo, a quien todo el mundo saluda y pide asesoramiento porque entrena a medio parque, nos ha hecho tener muchos minutitos de gloria, recibir halagos sobre nuestros progresos, y hacernos sentir unas afortunadas por poder contar con sus consejos.

Y por último, sólo nos queda animarte para que te conviertas en un/a atletillo/a de pleno derecho, y cruzar los dedos para que la Programación de Antonio supere todas las inspecciones, que la secretaria pueda justificarnos todas nuestras faltas de asistencia y que, así, podamos obtener por fin nuestro título de “Nivel I de Atletillas”, y comenzar los preparativos para afrontar con más ilusión y ganas, si cabe, el Nivel II.

Gracias, Antonio.
Una atletilla agradecida


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