SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


mayo de 2019

Número 7
ISSN: 1988-9607
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Primer finalista modalidad A (Relato)

Lucía Mayorgas, alumna de 3º ESO

LAZOS

¿Qué se siente… Tener un destino inevitable?… Saber que no lo puedes cambiar por mucho que quieras, porque yo, ya lo he decidido por ti. De todas formas que tú sepas o no esto, también es mi elección, yo manejo tu mundo, y debido a las condiciones, para ti, soy Moi.

Sonó el despertador y Chris no tuvo más remedio que levantarse, él no decidía el horario ni a qué hora debía entrar al instituto, así que tan solo cogió su mochila y fue por el camino de siempre, el que su madre le indicaba, pues era el más seguro.

Chris, era el típico pelirrojo pecoso, llevaba una melena cortita y con el flequillo partido. Sus ojos eran de distinto color, pero apenas se notaba, pues su ojo izquierdo era verde azulado y el derecho azul verdoso. Respecto a personalidad, digamos que era el tipo de persona que en clase, se sentaba al final y en una esquina solo para alejarse del resto. Realmente a Chris no le iba muy bien en la escuela, y no me refiero a notas, él solía sacar seis, una nota que no era ni muy buena ni muy mala, el verdadero problema de Chris, es que todo en su vida era un seis, simple, incluso había gente de su misma clase que ni sabía que él existía, y tampoco es que chaval fuera muy social, por lo tanto, debido a una mezcla de conductas, la gente no le hacía mucho caso. Bueno, en verdad sí le hacían caso, pero sólo para cosas como echarle la culpa de alguna tontería, utilizarlo de víctima en alguna jugarreta o pedirle dinero para el almuerzo.

Aquel día, como de costumbre, los matones de clase fueron a reclamarle dinero a Chris para poder comprarse un bocadillo de lomo, a esto, no dudó en sacar su monedero y darles todo lo que había.

- Oye tú, aquí faltan veinte céntimos -

- No tengo más, os he dado todo-

- Pues si no tienes ve a conseguirlos -

- Lo siento, pero realmente no tengo intención de quitarle dinero a nadie -

La discusión no duró mucho, y la escena acabó con Chris en el suelo tras haber sido empujado, pero en seguida se levantó, sacó todo su dinero, se compró una merienda y comenzó a comer tranquilamente en un banco del patio. Poco después vino Lila, la chica que le gustaba, se sentó a su lado. Lila era la típica chica perfecta, sacaba muy buenas notas, era amable y popular… no sé que veía en ella...era aburrida… un personaje completamente plano y sin defectos, ¿qué gracia tiene una persona sin defectos? Pero a Chris le gustaba y era imposible hacerle cambiar de opinión, pero me disgusta.

- Chris...- Dijó Lila

- ¿Sí? - Respondió Chris que ya estaba sonrojado.

- Lo siento, vi como te empujaron, pero no hice nada… no tuve valor -

- ¡N-no pasa nada! Soy yo el que tiene que hacerles frente… -

- Lo siento...-

No funciona...

Sonó el despertador y Chris no tuvo más remedio que levantarse. Fue a desayunar, cogió su mochila y cogió el camino de siempre.

Aquel día, como de costumbre, los matones de clase fueron a reclamarle dinero a Chris para poder comprarse un bocadillo de lomo, a esto Chris no dudó en sacar su monedero y darles todo lo que había.

- Oye tú, aquí faltan veinte céntimos -

- ...¿eh?… Ah sí… -

- ¿Entonces? -

- Creo que estoy teniendo un deja vu….-

- ¿Y a mí que me cuentas? -

La discusión no duró mucho, y la escena acabó con Chris en el suelo tras haber sido empujado, pero en seguida se levantó, sacó todo su dinero, se compró una merienda y comenzó a comer tranquilamente en un banco del patio. Sonó el timbre, fue a dar las últimas horas y volvió a su casa.

Pero los matones son muy simples… No me gusta…

No funciona…

Sonó el despertador y Chris no tuvo más remedio que levantarse. Fue por el camino de siempre.

Dio clase. A la hora del recreo vio todo el dinero que había traído en su monedero. A la salida, volvió a casa. Se sentó en su escritorio e hizo los deberes.

- Hay algo… que no funciona…-

Hay algo que no funciona… Faltan cosas… Y cuando volvió a sonar el despertador Chris fue corriendo al instituto, no se llevó nada, ni la mochila. Aquel día habló con todo el mundo de su clase, muchos le miraron mal, pero también conoció a gente amable. Pero es que no funciona.

- ¿Por qué no funciona? - Pensó Chris.

Porque faltan cosas. Chris miró sus nuevos contactos en el móvil, tenía un montón ahora, pero cuando bajó hacia los primeros que tenía, vio: Lila.
¿Quién era Lila? Un montón de recuerdos pasaron por su cabeza, y todo fue porque yo, Moi, quería eso, incluso quería más.

- ¿Por qué no me dejas vivir una vida normal en mi mundo? - Me dijo Chris.

Porque yo dirijo tu mundo.

- Por favor, por lo menos déjame ver a Lila -

¿Por qué debería? Es perfecta y aburrida. Un personaje plano y normal.

- Pero… -

Tú no puedes hacer nada para traerla, todo depende de mí, tú mundo es mi mundo.

Chris, no quería escuchar y acabó en la nada. Chris estaba en medio de un vacío inmenso. Caminó y caminó por horas por ese vacío, pero ya estaba cansado y se rindió. Se tumbó en el suelo y deseó con todas sus fuerzas poder coger el camino de siempre, sentarse al final de la clase, volver a discutir con los matones, volver a ver a Lila y poder sacar de nuevo un seis. Entonces, agotado y llorando, se durmió.

Sonó el despertador y Chris sonreía.

- Gracias -

De nada.

Entonces borré todo recuerdo de Chris, tanto de lo que acababa de vivir como de su anterior vida, y como a lo largo de todo este texto, le hice despertar de nuevo.

La historia de Chris acababa de empezar.

Moi


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