EL AMOR EN {DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO}

Este amor, cuyas características corresponden al amor romántico que se ajusta a los gustos de la sociedad de la época, tiene un final trágico del que no son responsables don Ávaro ni doña Leonor, sino la circunstancia social. Aunque las consecuencias son exageradas, este tipo de amores imposibles son tan reales como que la sociedad existe. Si es correspondido y ambos son merecedores de la felicidad junto a la persona que quieren, es muy probable que la sociedad se encargue de separarlos: si no es porque alguno es pobre, es por rivalidades entre familias, por la procedencia, por la clase social, por la religión, etc.

Tanto los protagonistas como el sentimiento que los une están idealizados. Don Álvaro es atractivo, rico, honrado, buen soldado...,es decir, lo que se puede considerar un joven perfecto del siglo XIX. Doña Leonor posee belleza, juventud, bondad, nobleza...El problema es que el pobre don Álvaro es indiano y sufre deshonra, por lo que no pueden estar juntos. Pero el amor es tal que llegan hasta las últimas consecuencias (la muerte).

El amor aquí implica libertad, rebeldía y crítica social. El romántico don Álvaro sigue queriendo a Leonor sin importar que los demás lo acepten o no, y con esta actuación da a conocer que no le parece justa esta sociedad que impone a quién se puede amar y a quién no, como si los sentimientos fueran racionales y nuestra mente pudiera mandar al corazón.

Este amor se diferencia de otros tipos de amor en la literatura. El amor cortés (en la Edad Media) también es imposible, pero se debe a que no es correspondido. El amor petrarquista, propio del Renacimiento, que puede ser o no correspondido, hace una llamada al disfrute de la juventud y al disfrute de la vida. El romántico es el que aparece en esta obra.

El amor parece inventado para fastidiar; aunque nada ni nadie separe a los enamorados no hay ninguna garantía de que juntos vayan a ser felices. Quien ama suele estar destinado a sufrir por ello. Es algo que no tiene razón ni lógica y es muy difícil o imposible de controlar. Puede cegar, dominar, causar dolor y obligar a hacer algo que en otra situación no se haría.
Está muy ligado a la suerte, ya que si amamos a la persona equivocada, no seremos felices. Su existencia no tiene sentido, pero existe y no podemos hacer nada contra ello.

No obstante, Leonor y su enamorado debían luchar e hicieron bien.

Tenemos que defender nuestros sentimientos, valores e ideas y nadie se puede rendir por lo que digan los demás si cree en sus convicciones. Lo justo es la libertad. Además, el amor es cosa de dos y el resto sobra.

También se añade que en esta situación no hay más remedio que seguir amando. Si alguien se enamora de una persona cruel que le hace la vida imposible, se la puede intentar odiar para que el odio vaya matando al amor (y no siempre se consigue). No obstante, ¿cómo se puede dejar de amar a una persona encantadora que nos trata bien, merece nuestro amor y muere por nosotros. Don Álvaro y Leonor no pueden dejar de quererse.