SÉNECA DIGITAL

Revista digital del IES Séneca


junio de 2018

Número 6
ISSN: 1988-9607
·
Versión para imprimir de este documento Versión imprimir

BIOCOMBUSTIBLES: ¿UNA ALTERNATIVA A LOS COMBUSTIBLES FÓSILES?

Inés Caballero Segarra, alumna de 2º Bachillerato

GENERACIONES DE BIOCOMBUSTIBLES

Biocombustibles de primera generación
Son los biocombustibles que proceden de las plantaciones de especies comestibles, por ejemplo: el maíz, la soja o el girasol. Y es por esto que no se consideran del todo ecológicos, inclusive algunos economistas relacionan esta práctica con la crisis alimentaria.

Biocombustibles de segunda generación
Son los biocombustibles que se obtienen a partir de materias primas que no tienen mucha utilidad, son especies que no son comestibles, por ejemplo: se utiliza aceite usado para obtener biodiesel, o las cascaras de frutas con las que se puede obtener bioetanol.

Biocombustibles de tercera generación
Son los biocombustibles que también proceden de especies no comestibles, también se obtienen a partir de desechos, la diferencia con los de segunda generación es la biotecnología que se utiliza, también son conocidos como los biocarburantes avanzados, por ejemplo: se puede utilizar la técnica de bilogía molecular.

BIOCOMBUSTIBLES EN LA SOCIEDAD ACTUAL
Los biocombustibles más utilizados son los de primera generación, aunque hay un gran debate económico y ético al respecto. Estos, además de su facilidad para ser producidos, plantean grandes desventajas ya que se debería destinar la totalidad de la superficie cultivable para poder sustituir el uso de combustibles fósiles. Por lo tanto, se produciría un uso intensivo del suelo y una disminución de biodiversidad, sin olvidarnos del problema ético de si esas cosechas deberían ser destinadas a la alimentación o a satisfacer la demanda energética. La segunda y tercera generación son más respetuosas con el medio ambiente; sin embargo, presentan más complejidad y un elevado coste de producción.

Europa apostó en la década pasada por los biocombustibles al considerarlos más sostenibles que la gasolina y el diésel. Y su consumo en la UE se multiplicó por diez entre 2003 y 2012. Pero Bruselas rectifica ahora. Tras analizar su impacto en la deforestación y los cambios que producen en el uso del suelo —que aceleran el cambio climático—, la UE limita los biocarburantes de primera generación. Estos solo podrán representar el 7% del consumo de combustible en el transporte europeo.

CONCLUSIÓN
Sin duda los biocombustibles como innovación científica nos abre el campo de alternativas frente a la cercana extinción de los combustibles fósiles. Los biocombustibles junto a otras fuentes de energía verdes como la solar, la hidráulica o la eólica pueden disminuir en gran medida nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Sin embargo, tras analizarlo más profundamente, la información recolectada refleja las terribles consecuencias de su producción y utilización. Afecta a la sociedad consumista de los países pobres, ya que se utilizan como materias primas alimentos de consumo diario para la población, los precios de los mismos aumentarían, debido a la demanda que ofrecerían los países desarrollados para la elaboración de biocombustibles. En relación al medio ambiente las consecuencias son aún más terribles. En conclusión, las ventajas que genera la utilización de biocombustibles no compensan sus desventajas. Por lo que, todavía queda mucho camino que recorrer hasta encontrar una solución definitiva.



Arriba
ISSN: 1988-9607 | Redacción | www.iesseneca.net