PROMOCIÓN 2001-2007: CARTA DE DESPEDIDA

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Y los caminos se bifurcan, cada cual elige el suyo (y creedme cuando digo que no es fácil). Así extendemos la bandera bañada con tu esfuerzo, para llegar lo más lejos posible.

Quizá algún día, tras muchas veredas y caminos angostos y escondidos, nos volvamos a encontrar. Recordaremos, entre risas, demasiadas cosas, pero no faltará nombrar esa fecha en que nos reunimos para decirle adiós al Séneca, un tercio de nuestra vida de entonces, cuando el mundo nos esperaba y sólo queríamos dejarnos ir, acortar la espera. Y, sin duda, lo que vivimos ahora constituirá el más hermoso de los recuerdos.

Mientras, hoy, celebramos la despedida, la marcha, el capítulo por fin concluido de nuestra adolescencia que aquí queda. Por eso, el Séneca será importante, siempre, en nuestra memoria.

Te lo debemos a ti, a todo lo que enseñan tus paredes, a todo lo que dicen tus muros, y sobre todo a lo que se aprende en tus aulas. Forma parte ahora de nosotros, somos el testigo que te acredita el mérito de la sabiduría y del conocimiento que en ti mismo tienes, y por eso queremos agradecerte tantas cosas que es imposible decirlo en unas tristes líneas como éstas; pero tienes que saberlo.

Me despido de ti porque mereces una despedida digna, testigo anciano, espectador de los años que nos pasaron por encima y que nunca podrán contigo. En verdad que mereces este loable nombre, Séneca.

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